Experiencias

Visor de obras.

Una dulce mujer 328752

Sus ojos miraban a Dios Janie Crawford De Zora Neale Hurston Previa Próxima Janie, una mujer de ascendencia blanca y negra, es el producto de una violación de una muchacha pobre y negra por un profesor blanco sin nombre, sumada a la educación impartida por una abuela anciana que establece sus opiniones a partir de los traumas de la Guerra Civil. Vive tres matrimonios, en los cuales aprende sobre los distintos aspectos del amor. Janie viene de varias generaciones de mujeres que no se han casado. Su madre es violada de muy joven, y su abuela también dio a luz a su madre, Leafy, como resultado de una relación forzada con su amo blanco durante la época de la esclavitud. A pesar de provenir de generaciones de mujeres que no se casaron, a Janie no le preocupa ser la primera esposa legítima en la familia, sino encontrar el amor verdadero.

Me fui feliz y corriendo a la oficina donde me esperaba en la entrada principal del Centro, el chofer del director general para darme la noticia de que el Ingeniero nuestro jefe , había llegado desde matutino y me esperaba ya en reunión dentro de la sala principal de juntas. Puf, casi me da un infarto, pues yo no tenía ninguna reunión de nuestro jefe agendada para este día, y que subo casi corriendo a los elevadores muy angustiada por tal imprevisto, aventé mi bolsa sobre mi escritorio y me metí a la sala de juntas de inmediato casi con la lengua de fuera. Terminó mi horario laboral y tuve que auxiliarme de mi chofer para traerme a casa los arreglos florales y el mundo de regalos recibidos con tanto amor, mismos que uno a uno le compartí a nuestra Osita Polar por la camarita que afortunadamente se portó muy perfectamente el resto de la tarde…. Ay, que me temblaron las piernas y me quedé muda entre aplausos y porras de mis hermanas, mis sobrinos, y mi cómplice hijita traviesa que no me avisó… No podía creerlo se los juro, ver mi banco del comedor con otra enorme bizcocho bellísima adornada en forma de magnolia, un enorme arreglo floral de rosas rojas y blancas, una pizzota y un mundo de comida para todos, gelatinas, flanes, chocolates, pitos, espantasuegras y hasta una caja eléctrica de adonde salían infinidad de burbujitas de gel que se perdían entre los globos suspendidos desde el techo del área. No tengo palabras humanas mis bellas, que me resulten tan fieles en este momento, como para agradecer profundamente a todas os y cada una de ustedes por este día tan bonito que me han regalado. Eso es todo.

Y es que, si no tienes ganas de notar miembros viriles en tu viril esfínter, obviamente, la cosa no va a funcionar. O al aparte, probar una vez. Para que no digan que no lo has axiomático todo en esta vida. Si el conjuro lo haces mientras escuchas un single de Madonna al revés y te bebes la sangre de encogido vírgenes, tiene el doble de eficacia. No sólo para la penetración rectal, claro, también para tu vida cotidiana. Pero el caso es que es importante llevar una buena respiración, que nos lleve a la relajación de los esfínteres.

Para ello, no hables sin saber y si no tienes nada mejor que decir que el silencio, entonces es mejor que no abras la jeta. Entiende que una mujer alfa no te necesita Las mujeres alfa no sienten que el amor sea como lo ponen en las películas, ellas no necesitan el amor de otra persona para sentirse completas o felices. Si eres una persona que te gusta sentirte necesitado por otro, entonces una mujer alfa no es para ti en absoluto. Una mujer alfa es muy independiente y se enorgullece de ser autosuficiente e independiente. Significa que ella no te necesita para estar bien, pero decide estar a tu lado porque ella decide estarlo. Para poder conquistar a una madama alfa es importante que seas claro.

La mujer en la antigüedad y en nuestros días Concepción Gimeno de Flaquer Poca importancia podía tener la madama en aquellas edades en que la razón, la justicia y los arancel eran usurpados por el fuerte, en detrimento del débil. Felizmente vamos caminando hacia el progreso, hacia la verdadera luz que ha de rasgar las densas brumas que encapotaban los limitados horizontes de la mujer de la antigüedad; felizmente nos hallamos próximos a alcanzar para la mujer una analogía bien entendida. En la sociedad flagrante la mujer que trabajó recibe unos honorarios que no compensan sus esfuerzos, que no pueden sufragar sus deposición. Criterio tan erróneo para juzgar a la mujer; hijo de rancias e injustificadas preocupaciones, tiene que sufrir gran reforma. La situación de la madama en la antigüedad era tristísima cual la del paria y el ilota. Dirijamos una mirada retrospectiva a aquellos pueblos que negaban a la madama todo respeto y consideración; establezcamos un paralelo entre sus costumbres para con la mujer y las costumbres de hoy, creadas por la moderna civilización, y nos veremos alentadas ante la consoladora esperanza de un mañana analógico, favorable a la causa de la mujer. En algunos pueblos griegos y romanos, la mujer no podía conversar sin permiso de su señor, tampoco sentarse a su mesa.

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