Placer

La ciencia del placer: por qué nos gusta lo que nos gusta

Buscamos placer lo 807134

En él, su autora nos muestra cómo el placer es fundamental para vivir una buena vida. Epicuro de Samos ya matizaba en el siglo IV que no cabía confundir los placeres naturales con los no naturales. Una niña juega frente a una pintada anti consumista. Se nos enseña a desear el poder, a pelear por esa promoción en el trabajo, por un aumento de sueldo, por tener las mejores notas, por conseguir cierto aspecto o cierto estatus.

De hecho, determinadas formas de obtener placer pueden terminar con nuestra felicidad. Es como si cada uno de nosotros tuviéramos un perfil muy concreto en el que caben un conjunto bastante variopinto de elementos, dando precisamente faceta a esa conjugación particular. Dentro de ese universo, late el placer. Podríamos entender el placer como esa efecto -por lo tanto, elemento subjetivo- accionista a lo positivo, a la exaltación y que en muchas ocasiones nace de la satisfacción de una apremio o deseo. Es decir, el placer estaría muy relacionado con el alivio pero también con la ambición.

Pues bien, resulta que, durante mi infancia, adolescencia y parte de mi lozanía, sufrí de estreñimiento. Ir al servicio era casi una proeza y a veces hasta doloroso. Muchas veces, cuando evacuo, experimento una gran sensación de placer, sobre todo si no he comido nada que sea complicado de digerir. Vivimos unos tiempos sembrados de hedonismo, en donde parece que el placer es el fin y el fundamento de la vida. Se deje de que vivimos unos tiempos sembrados de hedonismo, en donde parece que el placer es el fin y el fundamento de la vida. No voy a entrar en teología, tampoco en ninguna filosofía, ni idea en concreto. Te voy a hablar simplemente de mi experiencia personal. Ese efecto, desnudo de cualquier otra consideración ha llevado a la sobreestimulación de los sentidos de miles de maneras. Los efectos especiales en el cine son mejores que nunca.

Sin embargo, hay una tendencia que rechaza por completo esta idea. Foto: iStock. Instrucciones para principiantes Su propuesta comienza con un periodo de dos semanas sin relaciones sexuales, en los que se practica alguno de estos ejercicios para aumentar la sensación de familiaridad en la pareja. Por ejemplo, sentarse cara a cara con las manos entrelazadas, sin palabras, tan solo miradas. El objetivo de este periodo, afirman, es descubrir que se puede actuar el amor sin relaciones sexuales. Crea un sentimiento en la relación difícil de describir. No te olvides de respirar profundamente. Con calma: la gachas, los besos y el coito han de ser lentos, sin prisa, para controlar mejor la excitación.

Leave a Reply

Your email address will not be published.